¿Has visto esa rana? Me pregunto con mirada de niña. La
observo, salta, salta, salta… Salto yo también. Soy la rana, la niña rana de
ojos saltones. Miro la charca, me escondo entre los juncos. Juego a perderme en
esa infancia que quiere disiparse entre la bruma.
¡Mira! -me digo- una flor que nace del fondo fangoso.
Es hermosa. ¡Mírala! Recuerda como mirabas las cosas con doce años.
Sigo estando en ti, mira con mis ojos, son los tuyos.
Rosa M.
Muy hermoso y tierno.
ResponderEliminarGracias Cybr!!!
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Todavía sigue estando en nosotros esa niña que fuimos. ¿Nos atreveremos a dejarla salir?
ResponderEliminarHermoso texto, Rosa.
Un beso.
Tendremos que hacerlo Sara, la mía es muy revoltosa y no calla.
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Qué bonito Rosa, es cierto que esa niña sigue dentro de nosotros y allí estará cada vez que la necesitemos para ser felices y mirar el mundo con otro oolor. Yo se lo prometí a esa niña que fui, con, precisamente, 12 años me hice la promesa de tener 100 y seguir mirando el mundo con mis ojos de niña. Desde estonces mucho ha llovido aunque en mi tierra llueva poco, pero he mantenido mi promesa, hasta ahora no he permitido que nadie robe ese corazón y esos ojos de niña, y mira que lo han intentado... Aplaudo tu relato y sonrío con mi mirada de 12 años. Besos.
ResponderEliminarMe alegra saberlo Yashira. Seguiremos saltando y sorprendiéndonos...
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No puedo ver la foto pero con tus palabras lo imagino con facilidad!!!!
ResponderEliminarLa observo, la miro... y Saltooooo
Besos :)
Sigue saltando Doña M...
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Tampoco he podido ver la foto, pero igual la veo, con mis ojos de niña, que aún conservo.
ResponderEliminarUn bello post, mi querida Rosa
Besos
Me encanta saberlo América...
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Mirar con los ojos de la infancia no está al alcance de cualquiera. Besos
ResponderEliminarTienes razón José Luis, pero tenemos que intentarlo, dejar que la vida nos sorprenda y disfrutar como niños de las cosas pequeñas.
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Coincido con José Luis en loque respecta a poder ver con los ojos de los niños que llevamos dentro. No es sencillo, porque muchos los tienen encerrados a cal y canto en el fondo de un alma que parecen haber perdido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues lo siento por ellos Pedro, se pierden muchas cosas hermosas de la vida.
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Ya sabes que me encanta y ya sabes dónde va a ir a parar jeje lo sabes todos. Un besote al aire
ResponderEliminarY ya sabes que es un gran honor y un gran placer nadar en tu charca. Miles y miles de gracias ranita!!!
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Sólo llego para decirte que ya veo la foto!!! Que graciosa... pero como curiosidad distinta a la que me había imaginado, como es la imaginación!!!!
ResponderEliminarUn beso :)
Te sorprendí jejejej.
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Hay cosas que sigo viendo como si tuviese esa edad. Quiero ser de esas que no avanzan al mismo paso que me manda el tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Sabes Towanda, yo digo que no pienso hacerme vieja nunca jajjaja.
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Rosa, que nunca se pierdan esos ojos infantiles que propician que seamos capaces de escribir y de leer con la inocencia de esas edades.
ResponderEliminarFue un placer volverte a ver y compartir al abrigo de un café una charla muy agradable.
Besoss
Ni aunque me torturen jajajaja...
EliminarGracias a ti y a Ely por esa maravillosa tarde.
Besos desde el aire
Todos tenemos nuestro niño interior ¿verdad Rosa?
ResponderEliminarMuchas veces nos empeñamos en apagarlo, cuando realmente es quien mejor nos conoce y quien nos podría hacer más felices.
Besitos
Los niños son rebeldes Enmascarado y no son fáciles de acallar.
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¡Qué cosa tan dulce de narración!
ResponderEliminarGuárdala para cuando tengas nietos...
Ay, por poco y se me pasa esta entrada tuya tan requetebonica.
Besicos
Gracias Cabopá, la guardaré
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Niños, siempre niños...Dando en clavo, Rosa, como siempre.
ResponderEliminarUn beso.
Eso espero CDG, no lo de dar en el clavo, si no a lo de siempre niños...
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Lo mejor de ser niño es que aún no eres adulto, y lo mejor de ser adulto, que todavía eres el niño que fuiste. Me gustó como lo cuentas, esos ojos de niña-rana.
ResponderEliminarAbrazos,
Sí, y que no nos falte nunca esa niña que llevamos dentro.
ResponderEliminarBesitos