Siempre llevo puestas las gafas de sol, gafas oscuras con cristales ahumados para no distinguir los ojos de la gente.
La señora Luisa, la mujer del conserje, tuvo la osadía de tropezarse conmigo en el rellano del tercero. Del traspiés las gafas salieron rodando escaleras abajo y al fijar la mirada en aquellos ojos lascivos, ojos de ¡hazme tuya!, ojos de ¡cómo te quiero!, no lo pude soportar y apreté mis manos alrededor de su cuello, sin atender a sus quejas, hasta que su lengua azulada colgó por la comisura de su boca. La dejé caer y dándole una patada para terminar de apaciguar mi rabia, recogí las gafas del suelo y salí a la calle.
No puedo permitir que se atrevan a desearme sin mi consentimiento.
Rosa M.
¡¡Joder!!, de pedir "un polvo" se encuentra con la lengua fuera y mas tiesa que la mojama.
ResponderEliminarSaludos
Jajajaja gracias Emilio y besos desde el aire
EliminarTremendo. Vaya reacción.
ResponderEliminarHay mucho loco suelto Cybrg
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Estás fuerte, muy fuertes para viernes por la tarde...
ResponderEliminarMe encanta esa energía, incluso de furia en tus letras, escritora.
Besicos.
Yo, mientras haciendo ensaladas y apareciendo en la charca de Puck.
Por algún sitio he de dejar salir la rabia y el exceso de azúcar...
EliminarBesos desde el aire
Bomba. Me gustan esos puñetazos que a veces nos regalas, con gafas o sin ellas. Cuidado con lo que se mira...lo dices tú, lo cantó Golpes Bajos.
ResponderEliminarUn beso.
Me alegra que te gusten estas historias truculentas CDG. Seguiré soltando derechazos.
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¡Guau Rosa! La llamada a lo "Golpes Bajos" ya prometía oscuridad y a su estela me vine hasta aquí, pero el relato lo supera con creces.
ResponderEliminarComo dice Cybrghost. Tremendo. Me gusta.
Un abrazo.
Gracias Miguel. El título de la canción fue la inspiración de este micro.
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Si algo define a esta pieza es su contundencia, Rosa. Perturbadora, sin duda.
ResponderEliminarGran trabajo.
Un abrazo.
Gracias Pedro, siempre son alentadoras tus palabras.
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Tan cerca está la lascivia de la lujuria como las caricias de los golpes mortales. Espléndido relato, Rosa.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Pedro.
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Me has dejado helada, Rosa. Te veo en el perfil de la foto, con gafas, y espero que cuando llegue el buen tiempo y te pongas gafas oscuras (y las nubes de tus ojos se disipen del todo), no tropieces conmigo en el rellano de la escalera. ¡¡Dios!! ¡qué fuerte! . Es tremendo por la reacción y por el golpe de la última frase que otorga parte del sentido a todo el texto. Buuufff....pero túuuuu...¿estás bien, verdad?.... ;) - es broma -
ResponderEliminarUn besote Rosa y a seguir escribiendo con tanto impulso.
Jajajajaj Laura, muy bien no estoy, un poco majaretilla. Dicen mis compañeras de taller que me gusta mucho matar. Es sólo un desahogo. Te imaginas si no lo hiciera? Entonces si que tendrías que tenerme miedoooooo. Jajajajajajaj.
EliminarBesos de no matar ni una mosca desde el aire
Ya lo dice la canción los ojos de la gente, "Me dan miedo, mienten siempre" que decía Coppini. Realmente solo quería darte los buenos días.
ResponderEliminarSaludos Rosa
Gracias Jaal y besos desde elaire
EliminarBueno, bueno! Mirarte a los zapatos es signo de deseo? porque que miedíto!
ResponderEliminarjajjajaja, buenísimo escrito
Un abrazo
Gracias Pury, puedes mirarme tranquilamente a los ojos, no mato ni una mosca.
EliminarBesos desde el aire
A mí me pasa lo mismo cuando voy a comprar el pan. Todos los panaderos/as me desean, y no lo puedo soportar. Por cierto, la panadería de al lado de casa está en traspaso. ¿Te interesa? Te permitirían atender con las gafas puestas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jjajajaj Amando, no tengo ni idea de hacer pan. Gracias y besos desde el aire
EliminarAy señor, cuando vuelva a ver a personas con gafas de sol no se me ocurrirá acercarme mucho a ellos, no vaya a ser que se las quiten y haya algún malentendido. Jaja.
ResponderEliminarUn abrazo Rosa.
No te fíes Yashira hay mucho loco suelto.
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