Todos fuimos testigos mudos, ninguno de nosotros hizo nada. La
vimos ir cambiando, perder la sonrisa. Mirábamos sin ver su desesperación y
cuando sus ropas se inflaron en el aire, en su último vuelo, nos llevamos las
manos a la cabeza.
Sólo queda un charco rojo en la acera, el charco de su
vida, el charco de sus lágrimas, el charco de su pena. Un charco que para
muchos (cada vez más) es un océano infranqueable.
No miremos hacia otro lado, no apartemos la vista. Todos
somos Amaia.
Rosa M.
Gracias Rosa! seguimos sumando.
ResponderEliminarUn beso!
Ojalá no vuelva a suceder mas, la desesperación y el miedo....
ResponderEliminarEspero que pronto den solución a esta situación de tantos miles de personas.
Un beso !!
Gracias Rosa, que no suceda más.
ResponderEliminarAbrazos
Tus palabras son un verdadero alegato.
ResponderEliminarEse charco hay que secarlo , ya.
Besicos, amiga.
Tengo el mío en el editor, luego al filo de la media noche lo publicaré, hablé con Juanlu esta tarde.
Qué triste tener que escribir sobre esto.
ResponderEliminarUn abrazo Rosa
Es triste, cuando la única salida, la salida de la desesperanza, sea ésta...
ResponderEliminarBesos
tan triste...
ResponderEliminarmuy lindo escrito
Besos!
Qué triste es, pero qué bonito lo cuentas...
ResponderEliminarEn estos momentos de crisis, todos podríamos serlo. La pena y la vergüenza es que tenga que morir dos persona (reconocidas) para que unos poderes públicos se pongan a hablar de las causas que obligaron a esa mujer y a otro hombre, ella del norte, el del sur, a suicidarse.
ResponderEliminarSaludos
Esperemos que alguien, el que tiene el poder tome conciencia.
ResponderEliminarLo que verdaderamente es triste y angustioso es que tengan que pasar cosas así para que los de los sillones se den cuenta de cómo la están cagando.
Que no ocurra más.
Besos mediterráneos.
Lo que está pasando con esta gente que nos gobierna no es normal. Que yo recuerde jamás había pasado algo así. Es una verguenza. Un besote Rosa.
ResponderEliminarYa no basta con mirar. Besos
ResponderEliminarOjala que no tengas que escribir a más Amaias. Nos estamos desintegrando en pequeños pedacitos de miseria empujados por nuestros gobernantes.
ResponderEliminarBesos,
Es muy triste el contenido y muy bella la forma.
ResponderEliminarUn beso.
HD
Bravo, Rosa, por este Basta tuyo!!
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una situación triste Rosa. Ojalá pase pronto. Abrazos.
ResponderEliminarQue triste y que terrible!!!
ResponderEliminarPorque tienen que pasar estas cosas para que escuchen!!!!
NO!!!!
Tenés razón...
NO PUEDE OCURRIR MAS!!!!!!!
Todos deberíamos de ser Amaia y pelear hasta el final por quitar la venda a la justicia. Poco a poco y según nos vayamos viendo más cerca lamentaremos la desfachatez de quienes nos quieren convencer para no piar.
ResponderEliminarBesitos