Al mirarme en el espejo esta mañana, no me devolví la
mirada. Me quedé perpleja, con la boca abierta. Me miré otra vez y toqué con el
dedo la superficie del espejo, este la atravesó como si fuera de mantequilla.
Mi yo del otro lado tiró de mi y atravesé la superficie entrando en un mundo
extraño.
Me indiqué a mi misma que me siguiera y sin pensarlo dos
veces así lo hice. Como Alicia persiguiendo al conejo correteé tras mi sombra
por el revés de mi casa. Al salir al exterior, la noche hacía su presencia y
una luna llena ocupaba todo el cielo. Empezamos a ascender succionadas por su
influjo, era agradable sentirse etérea, sin peso.
Mi otro yo me indico una estrella a la derecha de la luna
y empezó a mover brazos y piernas, la imité y nos acercamos. Sentimos una
atracción y fuimos succionadas hasta la superficie. Al posarnos sobre ella un
calorcito me embargó y me hizo sonreír.
Mi otro yo me miró y dijo:
_ ¿Ves, no era tan difícil?
_ ¿Qué no es difícil?_ Conteste.
_ Dejar volar la imaginación.
Rosa M.
Participación para el Concurso de Minificciones a Partir de una Imagen del mes de Septiembre de Triple C.
Qué onírico! Me gusta mucho el principio, las dos primeras frases son una maravilla y el final me encanta también. Y ese juego a dos.
ResponderEliminarUn abrazo
Un sueño especial
ResponderEliminarSuerte
Un abrazo
Que vuele no es difícil, escribirlo tan bien sí.
ResponderEliminarMe encanta dejar volar la imaginación, sobre todo cuando era niño. Ahora por más que lo intente no puedo; quizas tenga que mirarme con otros ojos en el espejo.
ResponderEliminarBuen micro Rosa.
Besos
Claro que no es difícil y además es muy recomendable dejar volar la imaginación y viajar al país de los sueños. Muy buen relato, Rosa.
ResponderEliminarBesos !!!
Precioso Rosa, esa forma de hacerte ver a tí misma que tienes que dejar volar tu imàginación. Es como un sueño en el que se te indica cómo solucionar un problem.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Besos.
Perseguir la propia imaginación, bien lo sabes, a veces solo trae cosas buenas, como este relato.
ResponderEliminarUn beso.
Un micro en el que -con el trasmundo de fondo- consigues que valoremos el poder de la imaginación, Rosa y -por si ello fuera poco- pongamos en valor la felicidad.
ResponderEliminarTal como apunta Anita, el arramque es formidable.
Un abrazo.
Una preciosa ensoñación, espero que tengas suerte.
ResponderEliminarPara dejarse llevar por la imaginación sólo hay que querer.
Un besote :)
Me encanta ese arranque. La primera frase es sencillamente genial.
ResponderEliminarsaludillos
Muy bueno.
ResponderEliminarSaludos...
Genial y fascinante el mundo de la imaginación y el de los espejos y sus poderes mágicos.
ResponderEliminarEstupendísimo relato; me ha encantado.
Un besazo.
Un vuelo sorprendente, como todos los tuyos. Besos
ResponderEliminarDa mucho que pensar, eso de no devolverle la mirada al espejo, lo voy a intentar...
ResponderEliminarHas jugado muy bien con estas palabras y volando por el aire nos has llevado detrás de tu sombra, la sorpresa final me ha devuelto la mirada con mucha imaginación.
Buena contribución para la triple C
Besicos
Buf, pienso en que mi imagen no me devolviera la mirada y..., uah. Claro, la deja volar y...
ResponderEliminarUn abrazo, Rosa.
PD: el otro día me fue imposible leerte ni comentarte. Cosas de mi pc, que me tiene hasta el, la, los...
Hace tiempo que me estoy dejando llevar por mi imagen del espejo. Es que a este lado no hay muchas cosas que merezcan la pena. Me voy contigo Rosa sobre un caballo alado. Un besote.
ResponderEliminarPersiguiendo la imaginación es como se llega hasta aquí a disfrutar de tus letras.
ResponderEliminarBesitos
El micro pasa de un ambiente gótico y terrorífico a uno poético y bello.
ResponderEliminarBesos, Rosa.