Mis manos son mis ojos. No por estar ciega, que no es el
caso, si no porque todo lo toco. No puedo evitar hacer recorrer mis yemas por
las superficies de las cosas. Es placentero, notar, tocar, palpar. Sentir en la
piel el tacto del otro, el frío del metal, la suavidad de la seda, la música
rebotando y erizando la piel.
A veces también me gustaría saborear esas cosas, que la
música me estallase en la boca provocando un sabor a mandarinas dulces y
frescas. Que al abrazar a un bebé un saborcillo a higos maduros inundara mis
papilas gustativas. O que al tocar algo frío el gusto fuese de lentejas. El
tacto de un libro nuevo, una explosión de fresones de Huelva…
Rosa M.
Así son los sentidos una explosión de palabras cuando las escribimos.
ResponderEliminarUn texto delicioso, como las mandarinas...
Besicos, escribidora de palabras.
La verdad es que los sentidos son tan nuestros, vienen tan intrínsecos en nosotros y son tan cotidianos que a veces se nos olvida el valor que tienen.
ResponderEliminarBasta que te falte uno para saber cuanta falta te hacen y lo placentero que es tenerlos todos y poder dejarse guiar por ellos actuando al tiempo.
A mi me faltó el olfato y ahora que de momento lo vuelvo a tener me paso el dia olisqueando todo como un sabueso... (jejeje)
Besos mediterráneos.
A traves de los sentidos gozamos tantas emociones!!
ResponderEliminarAbrazo
Los latinos somos así, nos gusta tocar los cuerpos especialmente, ahora bien no toque a un anglófono que te parte la cara.
ResponderEliminarUn abrazo y que no se nos quite la buena costumbre de tocar, nos hace más humanos.
Un micro sinestésico, Rosa. Muy bueno, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo,
Es que una de las cosas mas ricas de saborear son los fresones de Huelva...
ResponderEliminarEn los cinco sentidos está el placer del hombre y en no pocas ocasiones no le damos la importancia que tienen.
Besos Rose :)
Hola, Rosa.
ResponderEliminarSiempre paso corriendo, pero hoy me voy a parar un momento para desearte suerte con tu micro para la Carrera Verde de Luisa.
Este micro me recuerda qué, por mucho que le bañe, mi hijo pequeño siempre me huele a patata frita, ¿serán cosas mías?
Un beso.
Si, señora repollo, es un micro muy sinestésico. Hay gente a la que le pasa esto, por lo visto, tiene que ser curioso.
ResponderEliminarUn abrazo
Poética mezcla de sentidos.
ResponderEliminarQuerida Rosa,
ResponderEliminarLlego a tu casa tarde y saltando por las entradas para ponerme al día... Me he detenido en este, en el regalo de Reyes en el que mezclas fresas, libros y bebés (con sabor a higo, nada menos). Me han dado ganas de tocar tus imágenes aunque la pantalla de mi ordenador no huele a nada.
Me ha gustado mucho (y me ha sabido... a poco)
Muchos besos de año nuevo