Las bicicletas aparecieron muertas en la cuneta, al lado del cementerio. Buscaron a los niños, pero no los encontraron. A nadie se le ocurrió mirar tras las tapias.
Quién no ha entrado a un cementerio alguna vez a ver lo que se siente... de noche y solo mejor, se disfruta más del silencio de los muertos. Lo malo es entrar y no salir, como quiero imaginar que pensaste al escribir esto. Los sonidos de la noche atacan a los corazones... no????
¡Qué bueno Rosa!. Lo que provocan las fotografías en la mente del escritor debiera merecer un ensayo de trescientas páginas ¿quieres que lo vaya escribiendo a cachitos? :)
En serio, me encanta lo que has hecho a partir de esa foto ¡es impensable mirar tras las tapias cuando las biciletas están en la cuneta de un cementerio!. ¡Impensable!. Besos amiga.
Fuerte, muy fuerte. Demoledor.
ResponderEliminarSolo lo justo Miguelángel ;)
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Lo que inspira una foto, a veces es, inexplicable.
ResponderEliminarBuenas letras, amiga
Besicos
Estamos un poco locos Cabopá ;)
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A los niños siempre hay que buscarlos en los lugares mas inesperados...
ResponderEliminarBesos Rose :)
Eso es verdad Doña M.
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Sin más comentarios, fantástico!
ResponderEliminarGracias Isolda!!!
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Quién no ha entrado a un cementerio alguna vez a ver lo que se siente... de noche y solo mejor, se disfruta más del silencio de los muertos. Lo malo es entrar y no salir, como quiero imaginar que pensaste al escribir esto. Los sonidos de la noche atacan a los corazones... no????
ResponderEliminarBesos!!!
Estos niños entraron y no salieron Sucede... Me alegra un montón verte por aquí ;)
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Muy bueno. Y la foto, también.
ResponderEliminarAñado que a mí me encantan los cementerios.
Un beso.
Gracias CDG!!! A mi no, y menos en el que descansan los míos. Me duele mucho pensar que están allí.
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¡Que triste!, espero que los niños sólo se estén escondido en los nichos jugando.
ResponderEliminarBesos
Creo que no Henry, pero tú puedes imaginar otro final...
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¡Qué bueno Rosa!. Lo que provocan las fotografías en la mente del escritor debiera merecer un ensayo de trescientas páginas ¿quieres que lo vaya escribiendo a cachitos? :)
ResponderEliminarEn serio, me encanta lo que has hecho a partir de esa foto ¡es impensable mirar tras las tapias cuando las biciletas están en la cuneta de un cementerio!. ¡Impensable!.
Besos amiga.
Sería interesante de leer tu ensayo Laurita.
ResponderEliminarNo es que sea impensable, más bien es que no lo queremos pensar...
Besos desde el aire
Qué durillo. Y qué bueno también. Quién va a pensar que los niños están lo mismo que la bicicletas.
ResponderEliminarNadie, nunca, no podemos imaginar que los niños pueden morir Miguelángel
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