A Jesús Fabregat
Lo blanco es negro. Arriba es abajo. Derecha es izquierda. El mar es un charco surcado por barcos de papel con poemas arrugados. Absurdicia es la ciudad de los cuerdos locos, donde sus habitantes inventan recuerdos olvidados. En sus camas no hay sábanas ni edredones de plumas, sino nubes. Cumulonimbos que airean en las ventanas cuando la luna se señorea por sus calles. Quién la visita corre el riesgo de absurdecerse.
Rosa M.
Yo quiero visitarla...
ResponderEliminarQué maravilla de micro..
un beso
Lo absurdo es lo que me da sentido.
ResponderEliminarMe gusta ese azul escondido de la foto.
Un beso.
¿Por qué me sonará tanto ese sitio? je je.
ResponderEliminarBesos al aire Rosa.
Yo ya estoy absurdecida desde hace tiempo y cada día me siento mejor.
ResponderEliminarBuen homenaje al lugar y a su mentor.
Besos absurdicos.
Así da gusto inventarse palabras. Gracias por la dedicatoria y el cuento.
ResponderEliminarJesús
El gentilicio de Absurdicia en humanidad.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Humano, no humanidad, que es el nombre del equipo de fútbol.
EliminarQui´za la vista corra ese riesgo pero tal y como describes este lugar ¿Terminará pasando desapercibido? ¿Será el raro del lugar? quien sabe ...
ResponderEliminarLo que si tengo claro es que me gusta como lo cuentas y describes.
Besos :)
Intentare visitarla......
ResponderEliminarAbrazos
Pues tampoco sé -visto lo visto, padeciendo lo que padecemos- si al final lo absurdo va acabar siendo el hábitat más amable de los que podamos conquistar.
ResponderEliminarAbrazos, Rosa.
Conozco mi absurdez, ahora se donde puedo dirigirme...
ResponderEliminarGenial post
Besos muchos ♥♥♥
Gracias a todos por absurdeceros conmigo.
ResponderEliminarBesos desde el aire