Foto de JeeYoung Lee |
Macarena no tenía salvación, ni la quería. Por mucho que Jorge se empeñara en subirla a su arca, por mucho que quisiera conservar la especie en el útero de Macarena, ella se negaba. Prefería extinguirse, deshacerse, explosionar en colores brillantes, llenar el mundo y que el mundo la llenara a ella. Quería ser un animal en peligro de extinción. ser el último en su especie. Y cuando llegase su hora, sentarse erguida, plena, ver ponerse el cielo de naranjas y que su cuerpo, cáscara ya vacía, se lo llevasen las olas.
Rosa M.
Rosa M.
Un deseo bellísimo. Besos
ResponderEliminarAsí lo creo
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Puede que dejarse extinguir sea explosivamente hermoso en lo literario pero para mi es un gesto triste y desesperado, absurdo puede que también un poquito... siempre se puede desembarcar en algún bonito puerto...
ResponderEliminarComo siempre tus relatos no dejan indiferente por eso me gustan tanto. Un besote Rosa!!!
:)
A veces tú eres el único puerto...
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Valiente. Y, como dicen, hermoso.
ResponderEliminarGracias, Luisa.
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Me ha gustado mucho el relato. Es fascinante cómo una misma imagen puede inspirar historias tan diferentes.
ResponderEliminarCada uno tenemos nuestra forma de ver las cosas, de sentirlas y contarlas...
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Así quiso vivir, extinta. Buen personaje.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Sí, así lo quiso. No tiene la necesidad de perpetuarse.
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Lindo Rosa. El extinguirse por completo, ser de nuevo la nada o el mismo universo es una idea romántica. No dejar las generaciones, que nos olviden.
ResponderEliminarAbrazos.