La Nena era pequeña y frágil. Recogidita de todo, como dicen por aquí. Se quedó en los siete años desde la pedrada que le dio antaño Román, el día que jugaban a las batallas en el huerto de cura. La inteligencia se le fue con la sangre que salió de aquella herida, tanta, que su cuerpo también se negó a crecer para estar a la altura de su mermada mente. Aunque corrieron con ella en brazos a casa del médico, este sólo pudo suturar y vendar para que la vida no se la fuera del todo. Estuvo dormida un mes entre sábanas blancas y, para la Nena fue siempre su séptimo cumpleaños.
Hoy seis décadas después, la han vuelto a encontrar en el mismo lugar del huerto, con la misma herida abierta, con la poca sangre que la quedaba regando la tierra. Y a Román a sus pies. HIncado de rodillas pidiéndole perdón por no haberla sabido matar la primera vez.
Rosa M.
Buah, que gran historia, Rosa. Y sobre todo, que buen final. Felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo grande y sentío
Román no supo vivir con aquel peso, ¿y ahora que? puede que el peso se alivie o puede que sea aún mayor.
ResponderEliminarQue bien sabes contar estos dramas, tan bien que cuando los lee no parecen tanto.
Besos Rosa!!!
a mí me gusta este relato, Rosa. Esta mezcla de tristeza, como muy antigua. Y el dolor final. tan agudo.
ResponderEliminarHabrá que esperar a la siguiente, Está muy reñido el concurso.
Un abrazo grande hermosa mía
Me ha encantado, Rosa! Merecedor de todos los premios.
ResponderEliminarBesos
Qué bonito suena, Rosa, me gusta mucho. La forma en que está contado con ese sabor de historia antigua que trae recuerdos, también conocí a alguna Nena. Muy bello, de verdad.
ResponderEliminarBesitos
Recuerdo habértelo leído en el facebook. Es muy, muy bueno. Besos, Rosa.
ResponderEliminarSe hace raro elogiar la belleza de un asesinato, pero esa es una de las funciones de la literatura, convertir lo blanco en negro. Me ha gustado mucho y el final me ha parecido demoledor, imaginar esos sesenta años de remordimiento vividos por Román, apesadumbrado por su absoluta torpeza, te dejan helado.
ResponderEliminarBesos.
Es muuuuyyyy bueno, y no digo más porque lo estropearía.
ResponderEliminarMe gusta mucho, Rosa, muy negro. Muy realismo mágico.
ResponderEliminarBesitos
Rosa, es un relato bueno, muy bueno. Toda una vida sintiéndose culpable, tremendo. Y tremendo final, algo así como generoso. Triste, muy triste. Te felicito, merecía estar entre los finalistas de Lmb, pero clara, cada jurado emite un juicio. El mío se ha quedado "fuera", pero tiene explicación, es más flojo.
ResponderEliminarUn relato triste, muy contundente, con un final que es una auténtica pedrada. Me gusta mucho el tono que lograste.
ResponderEliminarme has asombrado con tu texto
ResponderEliminarescribes
alado!!!
Se me ha erizado la piel.
ResponderEliminarEl final, redondo.
un fuerte abrazo.
Estremecedor. Muy de novela victoriana.
ResponderEliminarUn beso.
Ufff... Muy dramático, y con un gran final. Me gustó mucho, Rosa.
ResponderEliminar¡Saludos!
Me ha gustado mucho, y el remate final lo hace excelente. Da gusto leer cosas así.
ResponderEliminarBesísimos.
Muchísimas gracias, Barlon. Es un gustazo que este micro siga teniendo lectores y que no caiga en el olvido.
EliminarBesos desde el aire