COMPAÑER@S DE TRAVESÍA

lunes, 7 de julio de 2014

CAÍN Y ABEL


Mira la madre atónita el cuerpo roto del hijo. A palos se lo han matado, a palos. Se lleva las manos a la boca para detener el grito mudo y desgarrado. Vuelve la cabeza al hombre que sujeta la quijada. Lo mira, no con odio, sino con amor herido, con amor de madre. Se agarra el vientre del que salieron ambos y ahora sí, un grito rompe el aire detenido. Un grito que es una pregunta que no obtendrá respuesta.

Rosa M.

7 comentarios:

  1. La respuesta está en la soledad de la culpa.

    Saludos

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  2. Que duro...

    Un trance difícil de aceptar y de asimilar...

    Besos!!!

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  3. Jopes y mira que ya lo decía el título.
    En cualquier caso, jopes!

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  4. Creo que no se puede escribir mejor. Narrar mejor. Besos admirados.

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  5. Increible manera de contar una historia ya conocida pero tu arte para hacerlo es como si la hubiese leido por primera vez.
    Felicidades. Besos de gofio.

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  6. Un texto que es un quejío. Falta una guitarra al lado y el dolor del lector, enfrente.
    Muy bueno.
    Un beso.

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  7. Buen cambio de punto de vista. Implica mucho más que la mirada del original.

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Con tus palabras el aire se mueve y se llena de vida

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