Dolía.Ver como ejecutaba sobre el piano dolía. El alma se enredaba en aquellas notas melancólicas y era imposible contener las lágrimas. Reafirmaba mi creencia al escucharla de que algo oscuro pesaba sobre ella. Mirarla también era doloroso. Tan hermosa y tan triste. Fantaseaba con posar mis manos sobre ella y extraer de su cuerpo discordantes agudos y graves que alegrasen mis oídos y su cuerpo. Soltar las amarras que le ataban a la tristeza, vaciar de recuerdos amargos y llenar de aire nuevo su mente, eso era lo que su música me provocaba y ella. Lamentarse no servía de nada. Sí, debía actuar. Pasé mis manos por su espalda, volví su cara hacia mí y deposité un largo y profundo beso en sus labios. Sutilmente, se deshizo de mi abrazo y siguió tocando.
Rosa M
Atada a un piano, a un pasado y al beso recién dado. O no.
ResponderEliminarUn beso.
Un beso en un escenario así, melancólico y triste,,, esperemos si su efecto habrá sido efectivo.
ResponderEliminarHermoso y sensual.
Un beso Rosa :)
Un ambiente muy logrado para clavar ese rechazo final. Me encantó.
ResponderEliminarDuele ver como la describes; pero verla en la foto, duele más.
ResponderEliminarSaludos
Lamentarse no servía de nada.
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Por vezes, os lamentos apenas agudizam a situação!
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Que a felicidade ande por aí.
Manuel
Muy bueno, Rosa, me gustó mucho.
ResponderEliminarSaludos.