Suenan los acordes de Highway to Hell en la radio. Suelto el mocho y me quito los guantes al estilo Rita Hayworth, en Gilda, me contoneo por la cocina desmelenando mi pelo. El calor de la música me recorre. Desato el mandil y lo tiro sobre los platos sucios del desayuno que aún permanecen en el fregadero. Una zapatilla sale despedida y golpea la puerta, la otra queda huérfana en mi pie. El desenfreno se apodera de mí y giro y giro y giro…Por el rabillo del ojo veo una sombra, me paro en seco. Mi marido me observa con una sonrisilla maliciosa. Al minuto llaman a la puerta, dos enfermeros con una camisa de fuerza me esperan.
Rosa M.
Historia escrita para los viernes creativos de El Bic Naranja
Ah vaya con el marido. Esperaba que fuese un poco más romántico.
ResponderEliminarJaja, los hay de todo tipo y cuando quieren quitarte de enmedio utilizan cualquier táctica.
Besitos Rosa.
Ya, ni desmelenarse puede una Yashira.
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Quiero pensar que los enfermeros vienen a bailar, y acaban llevándose al marido, por no entender nada de nada, je je.
ResponderEliminarBesos al aire Rosa.
No estaría mal ;)
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No es para menos. Estamos todos un poco locos y más con la banda sonora adecuada. Besos
ResponderEliminar¿El desmelene o que el marido la quiera encerrar? ;)
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Que cacho de cabrón, en lugar de aprovechar y lanzarse como una depredador a su presa buscando un sexo brutal, el tío llama a los loqueros, visto desde la distancia, ese hombre es el que está para que lo encierren.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jeje, me ha gustado lo del sexo brutal. Tendré que darle otro final a la historia
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Me he visto reflejada Rosa, pero claro yo como no tengo marido no hubo enfermeros, mi locura desenfrenada me la da Bowie, David Bowie!
ResponderEliminarBesos Rosa !!
De la que te libras Doña M. ;)
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Menos mal que los enfermeros se encontraran con solo una zapatilla en la recamara. :D
ResponderEliminarBesos
Y la otra en el pie Henry.
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Vaya, he tardado mucho y me he perdido el baile. Me lo repuites.
ResponderEliminarSaludos
Cuando quieras...
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Es para llevárselo a él por no seguirte jeje. ¡Yo quiero bailar contigo!!!
ResponderEliminarbsts
Bailemos ranita!!!
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Rosa, un micro con mucho ritmo y que recordando el vídeo del que creo que está inspirado, me atrevería a decir que muy sensual.
ResponderEliminarCuidado con lo que se hace, que nos estamos a salvo de nada ni de nadie. Los hombres de blanco están por todas partessss.
Besosss
Y nos vigilan Nicolás...
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Jope, con lo genial que es echarse un baile a lo loco en casa. Me ha sentado fatal ese final, y del marido ni habla (para que le encierren)
ResponderEliminarYa lo creo que sienta bien desmelenarse por casa, eso sí, sin miradas indiscretas, por sí a caso...
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Qué capullo el marido.
ResponderEliminarTu relato, muy bien armado, Rosita.
El marido, para divorciarse directamente ;)
Eliminar¡¡¡Gracias Raúl!!!
Besos desde el aire
Qué le pasa a ese marido, odia la alegría?!
ResponderEliminarO será que es tan extraño verla contenta. En tal caso, él podría tener mucha relación con su tristeza.
Un gran micro, Rosa.
Besos desde el otro lado del mar
Así es, Patricia...
Eliminar¡¡¡Gracias!!!
Besos desde el aire
Los locos son ellos.
ResponderEliminarHighway to Hell!
Vivan los arrebatos de salón.
Un beso.
Como cabras CDG...
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es que no es estilo para el Highway To Hell :-). Muy simpático.
ResponderEliminarJajajaja, gracias Miguelángel.
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