Foto: Francesca Woodman |
A veces soy niebla. Espesa y densa. Una niebla de esas que no te permite ver la punta de tus propios pies. Jirones de nubes bajas, rasas, grises, que cubren como segunda piel. A veces me desvanezco, desdibujo y evaporo. A veces soy niebla y, cuando lo soy, tú no te envuelves conmigo, solo abres la ventana y enciendes el ventilador.
Rosa M.
Para estas cosas, y su venganza, es para lo que se invento el reuma, je je.
ResponderEliminarNo, en serio, me gusta mucho Rosa.
Besos al aire.
El ventilador puede que la remueva pero la niebla seguirá estando...
ResponderEliminarMe encanta Rosa!!
;)
Y la niebla se va por la ventana, pero vuelve por el recuerdo.
ResponderEliminarMe gustó. Y la foto, muy buena.
Un beso.
Una imagen muy potente y pura poesía.
ResponderEliminarMe gustó este texto nebuloso. Besos
ResponderEliminarEs que la niebla no deja ver lo claro que despereza el nuevo día por eso es mejor ahuyentarla aunque sea con el ventilador.
ResponderEliminarBesos claros y despejados desde Tenerife.