En la ciudad de Yueva Nork, todo es negro. Negro como el
cielo de la boca de sus habitantes, que sobreviven en la negrura de sus
túneles.
Adoran a Malboro que resplandece en la oscuridad de la cripta donde oran.
El polvo negro lo llena todo y ha convertido sus pieles
en ceniza. Ojos sin luz adornan sus rostros.
Ninguno recuerda que hay arriba, ni siquiera si alguna
vez existió, ni cuando se transformaron, o cuando dejaron de ver. Solo en la cripta se conserva el resplandor que ahora
les daña y que solo los eruditos a duras penas soportan.
Comen ratas que ya escasean y algunas de las tribus más lejanas han dejado de
existir. Ya nadie se aventura más allá de donde presienten sus cuerpos.
El miedo les hace juntarse, hacinados, sin espacio,
implorando a Malboro, que parece haberse perdido también, en la negrura.
Rosa M.
Este ha sido mi soplo para el Vendaval 2012
Nueva York transformada en un pulmón negro apocalíptico donde apenas se puede respirar sobrevivir. Me gusta.
ResponderEliminarContentos estarán los newyorkinos con tu relato... contentos.
ResponderEliminarSonrío.
Me has recordado esas películas de los 60 en la que en algunos barrios de Nueva York no solo se mataban unos a otros y hasta se comían sus restos. Pero claro, tu nos hablas de otra ciudad llamada Yueva Nork, una ciudad que está en el imaginario de todos.
ResponderEliminarUn saludo
Uy Rosa, qué negro pintas NY, me gusta este soplo tuyo aunque sea tan oscuro y me asuste. Espero que esa ciudad se quede en la imaginación y no salga de ahí.
ResponderEliminarBesos desde mi mar,
Rosa, fue una alegría volver a leer tu micro en el Vendaval, me gustó la primera vez que lo leí, la segunda, la tercera...
ResponderEliminarBuen microrrelato.
Besoss
Ciertamente tus ojos mantienen los nuestros abiertos Rosa. Besos.
ResponderEliminarEn el día del Vendaval, la tarea, aunque feliz, no me permitió leer los micros. Ahora, cuando cada soplo se va publicando los leo como una golosa. Y los disfruto plenamente.
ResponderEliminarBesos desde el otro lado del mar
Está la cosa negra, menos mal que yo fumo Ducados.
ResponderEliminarMuy futurista y real Rosa.
Un beso,
Una especie de Blade Runner, Rosita.
ResponderEliminarSuerte, con este apocalíptico relato.
Besos
Lo que verdaderamente me da miedo Rosa es que no me paree tan descabellado este futuro que cuentas. Muchos besos y felicidades pues me gusta mucho.
ResponderEliminarLa ciencia ficción impresiona más cuando se trata de lugares conocidos, y más cuando esa ciudad se concibe como el "centro" del mundo. Si esto pasa en Nueva York... ¿qué nos espera a nosotros?
ResponderEliminarPor eso hablas de Yueva Nork, para que el lector sea el que relacione, asocie y saque conclusiones... o tal vez no, y se quede solo con la anécdota...
De todas formas, muy bueno.
Besosss
Un relato muy oscuro, pero muy bueno, saludos estelares desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarInteresante ficcion. Suerte!!
ResponderEliminarUn abrazo
Interesante microdistopía apocalíptica.
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