Siempre quise encontrar una salida rápida ante
circunstancias adversas.
Cuando era niño y me pillaban en una mentira, no sabía
donde esconderme. Buscaba desesperado las luces que me llevaran a la salida y
así no tener que afrontar las consecuencias de mis actos. Ya de adulto esta
búsqueda se fue haciendo mucho más obsesiva y antes de enfrentarme a mis actos
ya tenía la salida programada. Todas las respuestas preparadas, urdidas todas
las mentiras posibles, las sonrisas, las culpas repartidas, las lágrimas y los
gestos de sorpresa. Todo estudiado al milímetro.
Cuando el juez hizo que
me enfrentara al cuerpo aún caliente de mi mujer, la maquinaria se puso en
marcha y de mi boca salieron todas las respuestas. Algo no funcionaba y ante la
cara de duda de los presentes no lo pude soportar y tome la salida de
emergencia más cercana. La ventana.Rosa M.
Mira que lo estaba queriendo venir, cuando uno no puede salir por la puerta.... Se lo tenía merecido el muy cobarde.
ResponderEliminarPues sí, pienso como Luísa, un cobarde... Lo siento por su mujer... Pobre...
ResponderEliminarUn abrazo Rosa,
La cobardìa como salida a una realidad, se debiò de tirar por la ventana antes y asì su mujer le habrìa honrado...o no?...
ResponderEliminarMuy bueno el relato.
un abrazo
fus
Las puerta tienen el cartel de salida, la cobardía salta por la ventana...
ResponderEliminarMuy buen micro Rosa!!!!
Besos
Incluso para un hombre sumamente controlador como el que describes, puede haber una situación de extremada angustia que le lleve a tomar la emergencia más cercana sin valorar las consecuencias de su salto.
ResponderEliminar¡Se lo tiene merecido! ¡por cobarde! y por mente retorcida.
Besos Rosa, ¡muy bueno!.
Estoy con Fus, ya puesto, podía haberse tirado primero.
ResponderEliminarHola de nuevo Rosa, un abrazo
Se creía invencible el pobre hombre. Tarde o temprano tenía que enfrentarse a los hechos.
ResponderEliminarMuy logrado.
Un beso, Rosa.
Hombre, una salida era, de emergencia también, pero... ainssss. Muy bien llevado
ResponderEliminarsaludillos
Siempre se descubren las mentiras por muy programadas que se tengan.
ResponderEliminarUn besote :)
Me alegro de que encontrara esa salida.
ResponderEliminarUn beso.
Me encanta el micro cuento. Me parece buenísimo.
ResponderEliminarFelicidades y un saludo.
Muy bueno, Rosa, sin duda alguna.
ResponderEliminarMás allá del fondo -que genera opiniones unánimes- me parece fantástico cómo has anclado la trama, con un andamiaje sólido, que consigue la intensidad de efecto deseada; acercando al lector al sentimiento del relato.
Mis aplausos.
Un abrazo,
Es el problema de hacerse compulsivo, vas a más y tarde o temprano encuentras una salida, la mitad de las veces, exactamente igual de equivocada.
ResponderEliminarBesitos.
Lo supero la situación. Muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo
Pondría un colchón bajo la ventana ¿no?
ResponderEliminarBesos
No se qué tiene las patas más cortas: la cobardía o la mentira. Muy bien estructurado tu relato, Rosa.
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha parecido muy acertado cómo presentas una historia y un final terribles con la descripción en cuatro pinceladas de la personalidad del protagonista.
ResponderEliminarRosa, un relato perfecto.
Un beso
Muy bien presentado "el tipo" pero además estoy con Fus y Paloma, podía haberse tirado primero.
ResponderEliminarBesitos
Es importante tener siempre pensada una salida, pero también pensar antes de hacer las cosas.
ResponderEliminarSi uno nace huyendo muere huyendo. Me gustó ese cambio brusco en mitad del relato, donde el asesinato da nuevo sentido a la palabra "cobarde".
ResponderEliminarY tras la ventana, el silencio. Tu relato.
Un beso.
Que buen relato, todo un placer el visitarte, saludos estelares desde mi querida Guatemala
ResponderEliminarEstremecedor relato...¡Vaya pensamientos, vaya salida!
ResponderEliminarTodo estudiado al milimetro, no te fastidia.
Ay, Rosa no he venido antes porque se me había estropeado el cable alimentador de corriente del "chisme este" por el que nos comunicamos.
Muchos besicos salados (de los últimos)
Si vemos bien Rosa, hubo un compromiso que no eludió, el matrimonio. Quién sabe por qué no, je. Tal vez esa fuera su salida. De igual manera, muy interesante que primero pensara en las salidas, digamos inmateriales para luego tener como última opción lo físico: la ventana. UN abrazo Rosa.
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