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Fotografía de Tino Alvarez |
Cuando ya no queda nada, tan solo ansiar que la parca llegue...
Sentado tras la ventana, en el silencio perdido. Los ojos vidriosos empañados por los recuerdos. Secos, de tanto llorar ausencias y olvidos. Las telarañas se enredan por sus cuencas y no le dejan ser presente. Solo existen los pretéritos, tiempos que fueron felices a ratos. O quizá, su memoria también le engañe, enredando las rosas muertas, con las espinas.
Rosa M.
¡Uf me ha dado un escalofrío a cada renglón! Cuando ya solo esperamos o deseamos esa visita, mejor dejarla entrar e irnos con ella.
ResponderEliminarMe he quedado enredada en pensamientos.
Besos de helado de gofio.
Esto es pura poesía.
ResponderEliminarQué triste, Rosa.
ResponderEliminarEspero que sus recuerdos no le engañen... Y si le engañan con tiempos felices, que se los crea.
Un abrazooo
Lo malo del pasado es cuando quiere gobernar nuestro presente. Entonces el verso sangra con las espinas del tiempo.
ResponderEliminarSaludos
Es increíble como describes estos delirios y soledades, me dejas enredada siempre entre tus letras Rosa.
ResponderEliminarUn besote grande !!! :)
Triste, poético. Me he enredado en esos recuerdos de rosas y espinas.
ResponderEliminarsaludillos
La historia de un crepúsculo...
ResponderEliminarUn beso.
Gracias por dar vida al aire, sin vosotros este aire se estancaría...
ResponderEliminarBesos desde el aire