Subió a la montaña.
tanto esfuerzo para alcanzar la cima, tantos meses de arduo trabajo.
Revisando rutas, aprendiendo sendas, estudiando mapas, PREDICCIONES meteorológicas, Preparando cuidadosamente el equipo.
POR FIN ESTABA ALLÍ, EN LA CIMA DEL MUNDO.
se tomó un segundo para respirar y contemplar las nubes… allá abajo.
Cuando llegó el deshielo lo encontraron... La sonrisa estaba helada en su cara.
Rosa M.
Llegar a la cima es colmar las aspiraciones, un gusto leerte,
ResponderEliminarte sigo.
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
A veces antes de llegar a la cima hay que aclimatarse a la falta de oxígeno, producir más hematíes para oxigenar la sangre y que no se produzca un síncope... pero cuando se llega, sí, se produce el éxtasis!
ResponderEliminarUn abrazo Rosa!
Su sonrisa es la plenitud de sus sueños complidos.
ResponderEliminarTodo montañero si puede elegir, elige quedar en la cima de la montaña antes que en cualquier otro lugar.
Alli el mundo está lejos y el cielo cerca...
Un saludo Rosa;)
Igual yo también me habría quedado allí. Una cima -cualquiera- siempre tiene su magia particular. Y como acertadamente han apuntado aquí, se está más cerca del cielo. Besos
ResponderEliminarLa sonrisa dibujada en su cara demuestra que prefería morir así que vivir de otra manera.
ResponderEliminarPrecioso
Besines en la cima :)
Ricardo, gracias por la visita y el comentarío. Ojalá todos podamos llegar.
ResponderEliminarSaludos
Sucede, El éxtasis que tanto buscamos... y tantas veces se escapa. Gracias.
Saludos
Doña M., Y quien no quiere morir en el momento que es más feliz?...Yo todavía no.
Saludos bien vivitos.
Elchiado, dejesé de quedarse en ningun lugar que tiene mucho que escribir.
Gracias y saludazos.
Simplementeyo, Era un buen lugar para quedarse.
Gracias por tus palabras.
Saludos desde el aire.
Sea cual sea la cima siempre cuesta subirla, pero hay que utilizar todas las fuerzas y recursos para no morir en el intento.
ResponderEliminarSaludos Isabel
Isabel, estoy contigo.
ResponderEliminarBesazos desde el aire
Gélida historia de un ilusionado montañero, muerto en acto de servicio.
ResponderEliminarBlogsaludos
Adivín, gracias por pasar. Tiene su corazoncito, murio feliz.
ResponderEliminarSaludos desde el aire.
Está claro que murió feliz.
ResponderEliminarMuy bonita entrada.
Gracias por tu visita, Rosa. Te animo a que vuelvas de vez en cuando a verme. Yo haré lo mismo :-)
Un abrazo.
MJ,muchísimas gracias por pasar y dejar comentario. Estas invitada a pasar cuando quieras, yo te visitaré seguro.
ResponderEliminarSaludos encantados.
Cuántas vidas se habrán cobrado ciertas cimas...
ResponderEliminarMe pregunto si mereció la pena.
Me dejas pensando con tu estupendo relato, Rosa.
:-)
Leo, gracias por lo de estupendo relato, y por estar.
ResponderEliminarSaludos desde el aire.