CHARCOS

A la niña Patricia le encantaban los días de lluvia, no por la lluvia en sí, más bien por el después, por los enormes charcos que se formaban en el patio y en el camino a la escuela.
Se calzaba sus rojas botas de agua y salía de casa corriendo
a chapotear.
Los caminaba, los recorría, asomaba su cara graciosa al borde del agua para ver su reflejo. Navegaba barquitos de papel y los hacía surcar sus orillas mientras les canta cuentos.
En los charcos más pequeños abría sus piernas y tendía un puente con su pequeño cuerpo para que las hormigas pudieran pasar al otro lado.

Rosa M.


A Patricia Nasello que me tiende su puente todos los días desde el otro lado del charco. Con todo mi cariño.http://patricianasello547.blogspot.com/