El señor Pedrales, director de la residencia geriátrica recibe con su mejor sonrisa a la familia de Don Fulgencio. Les describe al detalle las ventajas y comodidades de las que su queridísimo padre y suegro disfrutará…Piscina climatizada, amplias zonas ajardinadas, servicio de lavandería, gimnasio, comida a la carta dentro de las necesidades del apreciadísimo residente, a su disposición día y noche multitud de personal altamente cualificado, médico 24h, enfermeras y demás personal preparado con una sonrisa, que harán las delicias de Don Fulgencio, teniendo siempre a punto enemas, micralaxes, insulinas, heparinas, gasas, vendas, parches de protección y demás dispositivos para su comodidad…
La familia se queda encantada con la disertación del señor director y se van tan contentos a su casa, dejando a Don Fulgencio en tan competentes manos…Cuando se cierra la puerta, el director saca el látigo y ordena recoger el decorado de cartón piedra.
Rosa M.
Se te ha olvidado decir que había que pagar 3000 € al mes y que el piso y demás vienes del interfecto lo administraba la residencia.
ResponderEliminarUn saludo
Que relato tan cruel y realista al tiempo...
ResponderEliminarCuantos geriatricos, centros de mayores y demás instituciones hay que por fuera son solo apariencia y luego dentro es otro mundo totalmente distinto...
Que triste realidad para nuestros mayores...
Cuanta mala gente hay en esta tierra...
Afortunadamente aun quedará alguno decente donde cuiden a las personas mayores que más lo necesitan... creo yo..no?
Besitos mediterráneos.
Las mazmorras tienen rotulados sus nombres y las enfermeras van vestidas de monjas con escapularios para que cuando recen por sus vidas el Señor esté de descanso.
ResponderEliminarBlogsaludos
Tremendo el relato...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Rotunda crítica social. Muy bueno.
ResponderEliminar(tanto enema e insulina nos llevo a una Heparina...) ;-)
Un saludo indio
Rosa, excelente bofetada a la realidad disfrazada que nos muestras. Me ha gustado la sorpresa final, aunque espero que sea más ficción que realidad.
ResponderEliminarMe gustó.
Besoss.
¡Ay, Rosa, qué duro ese corazón de cartón piedra!
ResponderEliminarAbrazos algo arrugados.
Rosa la realidad a veces supera a la imaginación, sólo a veces, y al igual que a nuestros mayores también en algunos sitios se maltrata a los niños, en otros por necesidad tienen que trabajar desde niños, son la otra cara de este mundo del consumismo tan imperfecto que nos hemos construido.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu crudo relato.
Un beso desde mi nube
Uf! Rosa me has puesto de mala leche...
ResponderEliminarTedoy un abrazo...pero chico...
Don Fulgencio (parece murciano, por el nombre aquí es el patrón de la ciudad San Fulgencio)
ResponderEliminarEn fin Rosica no lo has podido reltar y describir mejor, es bueno muy bueno desde el principio hasta el final. Y que final, es de antología, sobre todo por la crudeza y contundencia con que lo dices "el látigo" menuda arma de destrucción pasiva....porque compasión poca...
Besicos guapa
Parece que estuvieses haciendo una caricatura de algo menos tremendo, pero más lacerante. No hay látigo más cruel que un día a día de ojos vacíos perdonando la vida a un viejo triste y solo. Bss
ResponderEliminarTerrible micro y terrible verdad la que cuenta. Pobre de quien no tiene mas remedio que recurrir a una de esas instituciones. Las hay buenas, pero, por lo menos en mi país, son la excepción.
ResponderEliminarMe ha dejado triste esta historia.
Un beso enorme
NO me gustan ni creo que nunca me gusten estos lugares, me producen un dolor ver esas imágenes de ancianos sentados, algunos atados y totalmente idos la mayoría de las veces, no sé supongo que en algunos estaran bien tratados, pero no no me gustan y tu relato no es ficción.
ResponderEliminarBesitos
Tremendo relato, en muchos lugares son castigados, no con latigo, pero si son agresiones verbales, alimentacion inadecuada, ropa sucia. Muy triste
ResponderEliminarComo la vida misma Rosa. Esperanza Aguirre, la presidenta de la comunidad de Madrid, hizo exactamente lo mismo en la inauguración de un hospital. ¿que te parece?. Un beso
ResponderEliminarNi tanto ni tan calvo. Que de todo hay, lo sé bien. Lo que pasa es que una gota de aceite mancha todo un barril de agua. Y no quiero entrar en más debates. Primero porque no es sitio y segundo porque me enciendo.
ResponderEliminarA simple vista parace algo excesivo y esagerado pero toodos sabemos que si no todas (menos mal) hay muchas... demasiadas que son tal y como describes en este relato con el que despertamos a la realidad de golpe en un dia de sueños como el de hoy...
ResponderEliminarUn beso grande :)
UF!!!
ResponderEliminarMe has dejado sin palabras.
Supongo que no todos los geriátricos serán iguales, pero los que son así dan ganas de quitar nosotros el látigo y fustigarlos cómo ellos hacen con los residentes.
un abrazo.
No es la primera vez que pasa y no pasa solo en residencias. Son hermosísimos los escaparates. Abrazos
ResponderEliminarEmilio eso es verdad...Pero si es buena residencia no es caro...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Gala hay muy buenos sitios y otros no...Como todo en esta vida.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Cruel, como la vida misma cuando nos dejamos guiar por la simples apariencias que tienden a ser eso, de cartón piedra.
ResponderEliminarBesos
Adivín, jajaja pero mira que eres malo!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
La Sonrisa de Hiperión. Gracias y besos desde el aire
ResponderEliminarDavid Moreno. Gracias, con el cabreo me comí la H...Solucionado el error.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Nicolas no te asustes, es ficción, aunque siempre hay algún cafre por el mundo...Gracias y mil besos desde el aire
ResponderEliminarLola si, a veces esos corazones son más duros que la piedra de verdad. No te me arrugues guerrillera!!!
ResponderEliminarBesos bien planchados desde el aire
Saudades, la puñet... vida, no es justa y se ceba con los más débiles...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Juanlu, lo siento...Escribí cabreada y esto es lo que salió...No quería que pasaseis un mal rato. Me perdonas?
ResponderEliminarBesos desde el aire
Cabopá gracias por leerme con tan buenos ojos. Eres un encanto.
ResponderEliminarBesazos castellanos desde el aire.
Se llama Fulgencio por que escribí otros textos sobre un anciano y es el nombre que le dí...
Elchiado no hay nada más triste que ver esas miradas perdidas...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Patricia, hay geriátricos muy buenos y otros que deberían estar cerrados...Siento que te pongas triste.Te envío una sonrisa y mil besos desde el aire
ResponderEliminarElysa, es ficción...Aunque hay algo de realidad, siempre hay sitios cutres.
ResponderEliminarNo son tan fríos como puede parecer, el personal en la mayoría de los casos es muy bueno. Pero como en casa y con los tuyos no se está en ningún sitio...
Besos desde el aire
Lapislazuli, si, y en otros se les cuida con esmero...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Karras que de esa señora me espero cualquier cosa...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Cybr. Es ficción, con una pizca de realidad...Pero como creo tu bien sabes, no deja de ser un negocio...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Doña M. lo has dicho muy bien...La realidad siempre se empeña en colarse en nuestros sueños.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Mariola con más vigilancia se solucionarían muchos problemas...
ResponderEliminarBesos desde el aire
JosÉ Luís. No, no solo pasa en residencias, pasa en casi todos los ámbitos de la vida, nos lo pintan tan bonito...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Mientrasleo has dado en el clavo...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Hay realidades que muchas veces no queremos ver...Esta es una.
ResponderEliminarSaludo enorme, Rosa. Que la magia llegue siempre. Feliz día de Reyes.
Se me parte el alma cuando oigo hablar de maltrato a los ancianos.
ResponderEliminarNo debemos olvidar que nosotros ocuparemos su lugar dentro de unos años (si es que llegamos)
Un abrazo.
La realidad azota duramente.
ResponderEliminarBesos, Rosa. Feliz día de Reyes.
Luna gracias. Hay realidades que no queremos reconocer...
ResponderEliminarFeliz día de Reyas y besos desde el aire
MJ. Así es, Todos llegaremos y no nos gustaría nada que nos tratasen así...
ResponderEliminarBesos desde el aire
Nerea gracias guapa!!!
ResponderEliminarBesos desde el aire
Aunque las bondades de la residencia fueran reales, no hay decorado que consuele la soledad de los ancianos que en ellas esperan el final. Un alivio para las familias, muchas veces ineludible, pero una tortura para los mayores; mucho peor cuando lo que relatas es real.
ResponderEliminarBesos
Ana gracias!!! Se te extrañaba...Besos desde el aire
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