Todo está dispuesto. Sobre la cama el vestido de novia,
blanco inmaculado, blanco nuclear, blanco impoluto, blanco sin mácula, blanco
radiante.
La ramita de azahar perfuma la alcoba. La liga. Algo
azul, algo prestado, algo viejo.
Las manos de las amigas vistiendo a la novia. La madre en
la puerta llora. El padre nervioso da vueltas por la casa, es el padrino.
Sale la novia del cuarto, hermosa, blanca. El padre la
mira orgulloso, una lágrima indiscreta le recorre el rostro. Mira hacia otro
lado, disimula.
El coche en la puerta, las flores lo adornan. Vecinos y
vecinas esperan impacientes.
¡Guapa! ¡Guapa!
A la puerta de la iglesia, el novio espera. Entre
impaciente y nervioso. Su madre le atusa las flores de la solapa.
Se colocan los invitados el los bancos floridos. La
música resuena, danza entre las columnas.
El novio en el altar la ve entrar del brazo de su padre.
Tan blanca, tan bella. Sonríe.
Ella deposita suavemente sus manos en las de él. Se
miran.
Le quieres por esposo le preguntan. El blanco se apodera
de todo, blanco nuclear, blanco inmaculado, blanco impoluto, blanco sin mácula.
Rosa M.
¿Lo ves? Ves como tengo razón...
ResponderEliminarQué bueno ese blanco que la deja sin respuesta, es tan impactante como un rojo pasión.
Un beso
Aunque dentro de unos días asistiré a la boda de un sobrino, seguro que la novia irá de blanco y estará resplandeciente, pero creo que no son buenos momentos para nada y aún menos para ir de blanco, las noticias de hoy para los trabajadores y clase media es para vestirse de un luto absoluto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Rosa, de cuál Pozo de Imaginación estás bebiendo? Podrías convidar? Cada nueva entrega es una maravilla.
ResponderEliminarAplausos!!!!
Y un beso grandote
Blanco boda...blanco con final sin respuesta, o con todas las respuestas que uno quiera.
ResponderEliminarAunque me den cierta alergia las bodas (sobre todo las propias), he leído con ganas- lo has contado de forma sencilla y fotográfica (puedo imaginar una forma diferente, pero no mejor) ese viajar desde la casa hasta el altar. Un viaje tan blanco que tiene que tener algo oscuro...
¿Seguirás con todos los colores o te quedarás en tres como Kieslowski?
Un beso.
¿Qué se escondía detrás de esa blancura, impoluta, nuclear?
ResponderEliminarUna bellísima narración de lo que pudiera ser una boda perfecta, blanca... Pero, hay algo que no dices...
Un beso, Rosa
Estás imparable, Rosa. Tus textos resplandecen como esa novia.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Un abrazo.
Blanco nuclear debió quedarse el novio ante la blancura de la novia, blancura de mente, jaja... Qué bueno Rosa, qué bien lo has ido dibujando, esas imágenes se quedaban en la retina como si las estuviéramos viendo.
ResponderEliminarBesos desde mi mar.
Blanca y radiante va la novia, pero a la historia le falta el final que cada uno le quiera dar, demasiada blancura para ser verdad.
ResponderEliminarBesos desde mi nube
Que bueno! me traes de la mano hasta el final que yo decida.
ResponderEliminarQue tema el casamiento... no me gusta a mi ese rito...
Sí el texto!!
Un besotes :)
Esos blancos radiantes, impolutos... siguen en tu memoria muy presentes, me alegro, que sea así por muchos años.
ResponderEliminarTe he encontrado y me engancho a tu lista de seguidores.
Un abrazo fuerte desde mi Librillo.
Blanca y radiante va la novia...
ResponderEliminarCómo blancas y limpias son tus palabras, amiga escribidora.
Estás en vena literaria, ni más ni menos.Yo,al pairo como las velas de los barcos, me han abandonado las musas en el fondo del mar, matarile,rile...
Ja,ja,empiezo y termino el comentario con música, si el Sr.Bloguer me lo permite...
Besicos salados desde el Mar Menor y mis 1000 entradas.
Uuuuuuh a mi este final abierto que nos dejas me huele a "aquí te quedas chato"
ResponderEliminarSea el final que sea la novia saldrá ganando... se intuye!
Besos :)
Rosa, ¿pero que le contesta? Como has conseguido dejarnos en blanco a nosotros también sin conocer la respuesta. Me ha gustado como nos has dejado en el punto álgido del relato.
ResponderEliminarBesoss
Vaya momento para quedarse en blanco Rosa, lo único es que si la novia blanca iba, más aún quedaría.
ResponderEliminarBEsitos
Y entonces ella se da la vuelta y sale a la fuga, es lo que más me pega entre tanta blancura.
ResponderEliminarBesos, tesoro.
Menudos recuerdos me has despertado hoy...
ResponderEliminarGracias y besos
Dejas el final abierto.... o sera demasiada blancura?
ResponderEliminarUn abrazo
Y es cierto Te puedes quedar en blanco o te puede entrar una risa nerviosa que te impide hablar. Menuda mirada me echó el cura a mí. Un besote.
ResponderEliminarMucho blanco veo yo, Rosa. Todo y que la escena está muy descrita, creo que al final a la novia la invade lo blanco... Y cuando lo blanco se te mete por dentro, malo.
ResponderEliminarVoy a mirarte el sepia...
A mi este blanco no me gusta nada. Es el blanco de las críticas, el blanco de las miradas, el blanco de los análisis....
ResponderEliminarNo sé, mucho blanco, me da por pensar con ese final que no todo es tan blanco y algo esconde tanta blancura.
ResponderEliminarBesitos