La cola da la vuelta a la manzana. El hombre que está
delante huele a desesperación y tristeza. Con un gesto me huelo a mi mismo, no,
todavía huelo a esperanza. Soy joven y fuerte.
La cola avanza despacio, dos pasos, para, otros dos.
La mujer que esta detrás no deja de cotorrear con su
amiga, creo que sean amigas, pues su conversación las delata. Hablan de niños,
del marido de una que se ha quedado sin trabajo, la otra intenta consolarla.
Pongo música en el móvil y me pierdo un rato. Alguien
discute. Todos vuelven la mirada, nadie quiere complicaciones, ya tienen la
vida bastante complicada.
La cola avanza
despacio como un enorme animal varado en una playa mecido por las olas.
Miro el reloj, dos horas, llevo aquí dos horas y la
puerta queda aún muy lejos.
Distraigo mis pensamientos con las rutinas pendientes,
comprar el pan, ir a comer a casa de mis padres…Hoy le daré un gran beso a mi
madre e intentaré sonreír un poco más,
seguro que así se le quita un poco la cara de preocupación que últimamente la
acompaña.
Otros dos pasos, otro más. Ya veo la puerta.
Miro los libros del escaparate de una la librería, hay uno que llama mi atención se
titula La Espera, sonrío ante la ironía.
Otros dos pasos, tres, cuatro.
El guarda que está en la puerta va franqueando el paso.
Cuenta los que salen y ordena pasar a la misma cantidad de los que esperan. Me
detiene, no me deja pasar. Espero. Cuando creo que ya voy a entrar, el guarda
entra dentro del edificio y cierra la puerta por dentro.
Me quedo allí plantado, no asumo lo que pasa y de repente
un grito que nace en lo más hondo de mi estómago sale de la garganta rompiendo
el gris del cielo.
Rosa M.
Rosa, un clásico. Al menos curioseaste la cotidianidad humana. Besotes multicolores en contra de esa monotonía de lluvia en los cristales
ResponderEliminarRosa, y aunque se empeñen en plantarnos un fondo gris, de nosotros depende que eso cambie. Muy bien reflejada esa rutina gris.
ResponderEliminarPor un mundo de colores.
Besoss
El gris es uno de mis colores desterrados. Con eso te digo todo. La larga cola que avanza despacio, creo que la veo desde mi ventana...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hasta no hace mucho todo era color de rosa, de pronto, se ha transformado en algo gris. Deseo que no pase a negro y se convierta en eso, un agujero negro que atrapa cualquier color.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo siempre digo que entre el blanco y el negro hay una gran cantidad de gamas de gris...
ResponderEliminarTu has dejado patente el gris de una cola (parece del paro)y muy bien patente ha quedado porque los tonos del gris los ve quienes están ante la destemplanza de la situación por la que están pasando...
Muy bien relatado en ritmo y precisión, con las palabras adecuadas...
Mis felicitaciones por estos colores que nos presentas. Te mando un poquito de azul cielo y mar limpio con cálidas temperaturas...
Besicos salados.
Con la puerta en las narices. Cuántas vece no se le ha quedado a uno la cara de merluzo pensando...vaya hombre, tenía que ser a mí.
ResponderEliminarBien Rosa, mientras haya blanco, cualquier negro quedará en gris. El negro es ausencia y el gris tiene algo de verde esperanza.
Besitos
Un pueblo que se empeña en lograr el cambio, lo logra, Rosa. tarde o temprano, lo lo logra.
ResponderEliminarBesos con mis mejores augurios
Qué pesadez de cola, casi me dolían a mí los pies mientras seguía el ritmo lento del paso a paso. Y al final con la puerta en las narices, eso es una falta de educación tremenda, pero, claro, quién piensa en educación, s ni tan siquiera el gobierno la valora...
ResponderEliminarBuen relato tu gris, espero que el próximo sea más experanzador, que no sea negro por favor... Es que me lo veo venir y me asusta.
Un abrazo desde mi mar tan azul como el cielo.
El INEM queda tan lejos que muchas veces no llegas a pisarlo, y piensas para tus adentros que no te van a solucionar nada.
ResponderEliminarLa vida sigue, se ven negros nubarrones.
Besos desde mi nube
¡Qué bien has narrado la espera en esa interminable cola!
ResponderEliminar¡Bravo, Rosa!
Un besote.
ANDA!!!
ResponderEliminar¿De qué me suena a mi esto?...
Largas colas... y que te den con las puertas en las narices...
Seguramente que mañana en la cola del paro lo recuerdo... ups!!!
Besitos ROSE :)
Yo pensé en un comedor social, supongo que soy la más pesimista de todos..
ResponderEliminarBesos, Rosa.
El triste gris de la espera
ResponderEliminarLo has logrado
Un abrazo
Muy bueno, Rosa, me has transmitido el agobio de la espera y la mala leche del final!
ResponderEliminarLlegar hasta la puerta, despues de una larga espera, y que te la cierren. Es descorazonador. Y lo preocupante es que ya no hay eurocopa que entretenga. Pero algo inventarán.
ResponderEliminarUn abrazo, Rosa.
Hay muchos tonos de grises. A veces no nos conformamos con el gris de nuestra vida y no vemos que los hay mucho más cercanos al negro.
ResponderEliminarsí y últimamente conozco esas colas y también más de una puerta que se cierra cuando ya he conseguido llegar.
ResponderEliminarMuy bien contado, Rosa.
Besitos