Te pegaste a mis labios como un niño a su chupete. Yo los mantenía cerrados para conservar tu sabor un día trás otro. Hasta que me resultaste insípido y sin sustancia. Entonces los abrí. Primero un poco, luego más. Al final mi boca permanecía abierta como un buzón de correos pero no conseguí que te despegaras de mí. Te empujaba con la lengua hacia el abismo, esperando que levantases el vuelo, pero no, tú seguias buscando mis labios y revolviendo mis palabras para acomodarlas a tu gusto y así seguir pegado a mí.
Rosa M.
Como una lapa. Besos
ResponderEliminarComo un polvorón. Un besazo, Rosa.
ResponderEliminarDeseo.
ResponderEliminarUn beso.
Una muy original forma de describir el enamoramiento. Un saludo.
ResponderEliminarRosa, hay que insisitir, para enamorar se debe insistir, es una virtud.
ResponderEliminarAbrazos.
No sé que pensar, me da dos interpretaciones contrapuestas. Seguiré sin pensar que se me da mejor jaja.
ResponderEliminar