Como un grifo
se cierra y se abre
a conveniencia,
así sus lágrimas fluyen.
Si el humo del cigarro
roza sus ojos,
el agua le sale a chorro.
Una palabra más alta
a llorar se ha dicho.
No tiene argumentos
pues, lloriquea un poquito.
Lágrimas de paso,
sin compromiso,
sin consecuencias,
sin preaviso.
Rosa M.
Muchísimas gracias por tu visita y por tu comentario, Rosa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias a ti, Raúl por tus preciosos relatos.
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